El presidente de la Federación Argentina de Ajedrez Mario Petrucci participo de un confortable encuentro con los Ugandeses Phiona Mutesi y Robert Katende, cuyas historias de vida inspiraron la película de Disney “Reina de Katwe”, que se estrenó en 2016.
Este encuentro se dio en el marco de la gira de Phiona Mutesi y su entrenador por Latinoamerica para participar de las Jornadas internacionales de ajedrez educativo y social que se realizan del 23 al 27 de Julio en las ciudades de Córdoba, Villa María, Rosario y Montevideo.
La mágica historia de Phiona
Phiona nació en 1996 en Katwe, el barrio marginal más grande de Kampala, capital de Uganda. Cuando tenía 3 años, su padre murió y con su madre y sus hermanos vivieron en condiciones de extrema pobreza.
Este encuentro se dio en el marco de la gira de Phiona Mutesi y su entrenador por Latinoamerica para participar de las Jornadas internacionales de ajedrez educativo y social que se realizan del 23 al 27 de Julio en las ciudades de Córdoba, Villa María, Rosario y Montevideo.
La mágica historia de Phiona
Phiona nació en 1996 en Katwe, el barrio marginal más grande de Kampala, capital de Uganda. Cuando tenía 3 años, su padre murió y con su madre y sus hermanos vivieron en condiciones de extrema pobreza.
Cuando tenía 10 años, mientras buscaba comida con su hermano en las calles de la ciudad africana, Phiona conoció a Robert Katende, un ingeniero y misionero que alimentaba a los niños a cambio de aprender a jugar al ajedrez. Al cabo de sólo cuatro años, Phiona llegó a su primera Olimpiada de Ajedrez, en 2010, tras ganar a los 15 años su primer campeonato local.
En 2013, fue la primera mujer en ganar el Campeonato Nacional Juvenil de ajedrez en Uganda, y en 2014 representó al país en la Olimpiada de Ajedrez en Noruega. Gracias al ajedrez, Phiona pudo comprar su primera casa y sacar a su familia de la calle, donde vivió gran parte de su infancia y adolescencia.
En 2013, fue la primera mujer en ganar el Campeonato Nacional Juvenil de ajedrez en Uganda, y en 2014 representó al país en la Olimpiada de Ajedrez en Noruega. Gracias al ajedrez, Phiona pudo comprar su primera casa y sacar a su familia de la calle, donde vivió gran parte de su infancia y adolescencia.
